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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

FALLECE NUESTRO PADRE PEDRO

FALLECE NUESTRO PADRE PEDRO

Con este dibujo del pPedro, obra de Jesús Herrero, te despedimos, descansa en paz.

Si algo tenemos que asumir de Pedro es que su vida es un maravilloso abono que explotará en primavera inexorablemente. La siembra está hecha. Y el agradecimiento de tener un camino marcado lleno de humanidad y amor.

EL COLOR DEL OTOÑO

Reflejo de cómo me siento hoy, triste, aburrido, confundido, asustado, encerrado, mustio, nostálgico ...

pPEDRO (11-11-2020 última información, 11:5o h.)

Ha llamado la doctora del Virgen de la Torre: Pedro está ya totalmente dormido y ya no despierta para nada, está muy tranquilo, ahora está totalmente sedado y que estemos tranquilos porque Pedro ya no esta sufriendo.

Los médicos descartan poder irle a ver o acompañarle, estar cerca de el aunque no se enterara.

 

Fernando Alonso Diez <faldiez@hotmail.com> ha escrito:

Me cuesta mucho escribir esto:

9/11/2020
La sobrina de José Ramón, que ha ido a ver a Pedro nos dice que "la situación de Pedro es mala, va mucho peor. Ayer no ha comido nada, tiene bajo nivel de conciencia, y está con rescates de morfina, xq se agita a pesar de todo. Oxígeno bajo. Pobrecito. Espero que no esté sufriendo, xq no se merece este final duro, y tan solito. El siempre rodeado de tanta gente!. Cuanto lo siento".

 

Fernando Alonso Diez <faldiez@hotmail.com> ha escrito:

8/11/2020
Acaban de avisarnos del Hospital diciendo que Pedro, dentro de la gravedad, *SIGUE ESTABLE*. Ánimo, campeón. Tú puedes!!

Fernando Alonso Diez <faldiez@hotmail.com> ha escrito:

6/11/2020
Las noticias que tenemos hoy son muy tristes, Pedro está muy malito, respira con mucha dificultad y no responde a los tratamientos. Sé que a todos nostros nos duele no poder estar cerca de él, trasmitiéndole nuestro cariño.

PÁRAMOS (por Jesús Herrero ) número 7 de la Colección El Tomillar

PÁRAMOS (por Jesús Herrero  ) número 7 de la Colección El Tomillar

Tras los recientes y tristes acontecimientos de la última semana parece conveniente ponernos manos a la obra e iniciar la operación PÁRAMOS.

Os anuncio oficialmente que Jesús Herrero Marcos, tras una callada labor auspiciada por meses de confinamiento, ya tiene listo su nuevo libro, que lleva por sugerente título PÁRAMOS. (Ojo, no: Paramos). 

Arranca con él jugando por las calles de Palencia y ayudando a misa en San Pablo y termina 250 páginas después subiéndose al tren en Caldas con la carta de libertad en la mano. Es un libro de recuerdos que no son suyos solo. Son de todos a quienes ilumina este blog. Incluso a aquellos que han venido apagando su luz desde aquella primavera de 2007. 

Además de su literatura, os garantizo deliciosa, Jesús nos regala las ilustraciones de la portada, contraportada y del inicio de cada capítulo. Es lo que tiene trabajar con autores renacentistas, que le dan bien a todo.

Os develo que Jesús pretendía hacer una tirada muy breve, solo para regalar a sus íntimos estas navidades, pero creo que el gran Lalo F. Mayo (responsable del diseño, edición y maquetación del libro) ha terminado convenciéndole de que PÁRAMOS merece imprimirse bajo la advocación de antiguosalumnosdominicos en su famosísima Colección El tomillar, de la que será su número 7, para uso y disfrute de todos los que pasamos por aquellos páramos, mesetas y valles.

Ya está casi listo y solo falta saber a cuántos les puede interesar. En cuanto lo sepamos, se lo mandaremos a la imprenta para su edición.

Como podéis intuir, el precio varía en función de la tirada, pero seguro que no pasará de los 10 euros. Se pondrá, como siempre, a precio de coste más el precio de los envíos.

Ojala pudiésemos hacer una presentación formal, pero no lo pensamos, como es lógico.

La prosa saltarina de Jesús Herrero será una ráfaga de aire fresco que limpie este ambiente pesimista y recargado. Sin duda, todo seguirá igual, pero nuestro espíritu atribulado tendrá donde apoyarse para seguir saltando hacia adelante.

Como nos recuerda el gran Lalo F. Mayo, la Colección El Tomillar acoge los libros que se publican bajo la advocación del sitio de Internet antiguosalumnosdominicos, creado
en el año 2007 para impulsar la celebración del cincuenta aniversario de la Fundación Virgen del Camino. 

De esta manera, PÁRAMOS completa la conmemoración de los primeros trece años del blog en la red universal. 

Necesitamos con urgencia, pensando en poder tenerlo en casa para Navidad, conocer quiénes estáis interesados en el libro. Ponedlo como comentario en el blog, o enviadme un correo a:

josemaricortes@telefonica.net

Yo me apunto el primero. Os seguiré contando más cosas sobre el libro en próximos días.

Cuidaos.

FALLECE CARLOS CUERVAS-MONS BAÑUGUES

FALLECE CARLOS CUERVAS-MONS BAÑUGUES

Siguen las malas noticias.

 

Me acaban de informar que esta mañana encontraron muerto en el sofá de su casa a Carlos Cuervas-Mons, nuestro Bañugues.

Carlos está en la sala 4 del Tanatorio de Luanco, Las Arenas. Está sólo pues el Tanatorio permanece cerrado. La familia acudirá mañana para ser incinerado. Depositarán sus cenizas en la tumba de su madre.

Descanse en paz.

ÁNIMOS

ÁNIMOS

pPedro, te queremos tanto que sumando nuestro cariño y nuestras oraciones a tu fortaleza conseguirás vencer al virus. 


Para darte ánimos te comento que hace un mes mi hija Marta superó el COVID después de una semana en el hospital con pronóstico muy grave. Yo estuve permanentemente a su lado, porque ya sabes que ella es dependiente total. Y allí percibí la mano de Dios que siempre tiene tendida hacia nosotros. Y Él te librará del virus como libró a la mi nena.


¡Ánimos!

Manolo

Confinados los padres Dominicos de La Virgen del Camino tras un brote en su residencia

Confinados los padres Dominicos de La Virgen del Camino tras un brote en su residencia

Noticia que publica hoy LEONOTICIAS.COM

 

https://www.leonoticias.com/alfoz/valverdedelavirgen/confinados-padres-dominicos-20201027131917-nt.html

Sanidad ha desplazado un equipo a la residencia para realizar las PCR a todos los religiosos e intentar controlar el brote desatado en este centro.

El confinamiento afecta a todos los residentes, algunos de los cuales han sido desplazados por ingreso hospitalario

Al menos medio centenar de padres Dominicos residentes en la localidad leonesa de La Virgen del Camino se encuentran confinados en sus dependencias desde este martes, según han confirmado diferentes fuentes a leonoticias.

El confinamiento ha afectado de este modo a la práctica totalidad de los religiosos, algunos de los cuales han sido desplazados poringreso hospitalario en el Hospital Monte San Isidro tras detectarse un brote de coronavirus.

 

Sanidad ha desplazado durante la mañana de este martes un equipo médico a la residencia de religiosos en la localidad del alfoz para realizar las correspondientes pruebas PCR a todos los residentes e intentar controlar el brote desatado en este centro.

 

Confinamiento 

 

Desde la propia casa de los Dominicos solo se ha confirmado este martes el «confinamiento» de quienes se encuentran viviendo en sus instalaciones si bien no se ha pormenorizado en el detalle de los casos.

Sanidad, por su parte, ha asegurado que se dará a conocer el alcance del brote una vez que se determine exactamente el alcalce del mismo.

La residencia de esta congregación en La Virgen del camino cuenta con 75 habitaciones, 23 de ellas dobles, y en la actualidad están ocupadas por 60 religiosos.

PREOCUPACIÓN POR LA SALUD DE pPEDRO

PREOCUPACIÓN POR LA SALUD DE pPEDRO

Recibo con preocupación este mensaje de mi compañero querido Fernando Alonso.

 


 

Hola Josemari, me temo que te voy a amargar esta mañana de domingo, pero  me veo en la obligación de compartir contigo y con nuestros compañeros la preocupación que en estos momentos me embarga temiendo  por la  salud de nuestro PPedro. 

Hace más de una semana en un correo y, de pasada, me dice  "... No te contesté antes porque estoy enredado con el coronavirus. El PCR ha dado positivo. Ya te contaré.." A partir de ahí se siguieron los protocolos habituales y todo parecía controlado hasta ayer, que amaneció desorientado y con algunos síntomas que aconsejaban su internamiento en el Hospital. Y allí está, según me comunica José Ramón López de la Osa, atendido de la mejor manera posible en estas circunstancia.

José Ramón y pPedro

Precisamente José Ramón es quien me recomienda y autoriza para que os lo haga saber con la intención de que sumemos nuestras mejores energías  para así ayudar a Pedro a superar este trance. También nos tendrá informados del proceso que siga la enfermedad  y que yo os iré trasladando.

Esperamos que las fuerzas de Pedro, sus ganas de vivir para seguir siendo testigo del Evangelio  entre los que más lo necesitan y también con el apoyo de nuestras energías pueda salir adelante y seguir siendo nuestro Referente al que mirar .

UN CUENTO VUELTO DEL REVÉS (Por Eugenio Cascón)

UN CUENTO VUELTO DEL REVÉS (Por Eugenio Cascón)

Hola a todos. Me atrevo una vez más a abusar de vuestra paciencia endilgándoos otro casi cuento, de esos que envío al Furriel de vez en cuando por si tiene a bien darle entrada en el espacio común.

 

La cosa va, como en los casos anteriores, de recuerdos de aquella época lejana y de nuevo echo mano de la licencia del desdoblamiento entre el yo de ahora y el yo de entonces, si bien en esta ocasión es la voz del pasado la que viene a entrometerse en la vida diaria del personaje actual, personaje que, como ya he dicho con anterioridad, podría ser cualquiera de nosotros. Precisamente a este cambio de dirección obedece lo de “vuelto del revés”.

            La conversación imaginaria entre ambas voces gira esta vez, más que en los hechos pretéritos, en los recientes y actuales, en esta segunda oportunidad de vivencias comunes que surgió a raíz del reencuentro y que sigue viva merced a la persistencia heroica de José María Cortés como mantenedor y atizador del blog. 

          Sirva esta pequeña historia de modesto homenaje y muestra de agradecimiento. Y gracias, también, anticipadas a quienes tengáis el valor de leerla. 

 


 

 

UN CUENTO VUELTO DEL REVÉS

 

 

 

            Cercano ya a los 70, no es que se viera como un anciano decrépito, pero sí cada día más viejo, con tantos chaperones en el cuerpo como socavones en la mente. Se había jubilado unos años antes _quizá demasiado pronto, solía decirse a sí mismo y a los demás_ y, como tantos otros de su condición, andaba a la caza de ocupaciones en que emplear tanto tiempo de ese que llaman libre, pero que en realidad lo convierte a uno en esclavo de sí mismo.

            Aquel día le había dado nostálgica. Y era la suya una nostalgia lejana, de muy atrás, de aquellos años de la temprana adolescencia que transcurrieron en La Virgen del Camino, el internado de los frailes dominicos al que lo habían llevado con once o doce años y donde lo habían depositado para que se hiciera hombre y fraile a la vez.

            Y ahora le estaban viniendo en tropel unos recuerdos de aquella época que volvían a hacerse realidad en su pensamiento, como si fuera él quien retrocediera en el tiempo para recuperar aquella figura menuda y algo enclenque, y aquella vida tan poco desgastada aún. Y volvió a sentir el frío de la recreación, que se filtraba por los cristales rotos y satinaba la algarabía de un tropel de gente menuda que trataba de combatirlo jugando al ping pong o lo que se pudiese, hasta llegar a olvidarse de él; y las interminables vueltas a la finca sobre la escarcha de los amaneceres aún no resueltos; y las idas y venidas en fila por aquellos largos pasillos que llevaban a todas partes; y las horas de comedor, a menudo instaladas en un silencio con fondo de música clásica y acompasado por el ruido de los cubiertos sobre el plato; y las infinitas horas de estudio en la sala inmensa; y las misas, rosarios y horas de meditación en la capilla, donde, a la hora de cantar, unos elevaban y exhibían su voz, mientras que otros, los que lo hacían mal, trataban de ocultar la suya para que no se les notase demasiado; y el paso del túnel, bajo la carretera, para acudir al Santuario, donde solo cantaban los de buena voz y oído, los que habían sido seleccionados para la escolanía; y los juegos y deportes que se practicaban durante el recreo, en los que también, como suele ocurrir, unos destacaban, al tiempo que otros hacían lo que podían. Y…

Y recordaba, cómo no, las clases de Latín de su primer año con el padre Reyero, joven, presumidillo y recién llegado; las de Literatura con el padre Felipe Lanz, tan serio y patriota, y a la vez tan entrañable, que sacaba a relucir cada dos por tres la conocida anécdota lingüística del ‘marinero de Tarpeya’; las de Francés, primero con el propio padre Felipe y su grupo ‘yod’, y más adelante con el padre Jesús Martín, recién llegado de París, que introdujo el uso del magnetofón con el novedoso método Assimil; las de Física y Química, primero con el padre Uría, tan simpático y que se fue tan pronto, y más tarde con el padre Box, tan sabio y tan moderno; las de Geografía e Historia con el padre Ángel, tan alegre y saltarín; las de matemáticas con el padre Pedro, tan sosegado y tan diáfano al explicarlas; las de Griego con el padre Tascón, tan temido, pero menos ogro de lo que parecía; las de Música, novedosas para la época, con el padre Torrellas, tan paciente y buena persona. Hasta de Inglés llegamos a tener, con el father Paniagua, que arribó al colegio desde los Estados Unidos… Y otros que ahora no le venían a la mente.

Y le llegaba también aquel lejano desasosiego de las dudas sobre la vocación, de los presuntos pecados que lo hacían plantearse si ir a comulgar o no aquel día, aunque el no hacerlo lo exponía a quedar de algún modo señalado. Y las primeras dudas existenciales, aunque aún no sabía que se llamaban así, y las primeras llamadas del mundo y de la carne, que se acentuaban en las vacaciones veraniegas, las únicas que tenían.

En estos devaneos andaba aquella mañana cuando empezó a tintinearle en el oído interno una voz infantil.                                                                                                                                                                                              

_Oye, que no todo es tan malo, que también lo pasamos muy bien aquí.

            _¿Quién eres?

_¿A ti qué te parece? Ahora te toca a ti aguantarme, como te he aguantado yo varias veces.

_¿Por qué dices eso?

_¿Es que no te acuerdas de aquella vuelta a la finca que me diste, o de aquella Navidad, o de cuando te dio por meterte con lo mal que canto?

_La verdad es que no recuerdo haber hecho tal cosa.

_Será que ya estás chocho o que lo estoy yo, porque al fin y al cabo soy tú, el que fuiste en aquellos años que ahora estás recordando. 

_Venga hombre, que no estoy para letanías, que hoy me duele todo.

_Pues lo siento, pero no te voy a dejar en paz durante todo el día, así que te puedes ir preparando.

La voz cesó momentáneamente y el hombre se quedó un rato cavilando. ¿Era real o una ilusión acústica de su cerebro? A ver si ahora iba a empezar a creer en fantasmas charlatanes, cuando todo el mundo sabe que son mudos o, como mucho, hacen uuuuhhhh. Lo dejaría estar.

Ya con la vestimenta adecuada, incluida la ominosa mascarilla que imponían los tiempos por mor del dichoso virus, salió a dar el paseo diario que suele prescribirse a los jubilados, a fin de que no se atrofien más de lo que ya están. Y por ahí andaba, recorriendo los senderos del parque cercano, entre lauros, bojes, aligustres y otros matojos por el estilo, pensando en Dios sabe qué, es decir, divagando agradable y difusamente, cuando la vocecita volvió a sonar.

_¡Qué bien se va así, eh, sin tener que correr y pasar frío como en las dichosas vueltas a la finca!

_¡Pero qué coño está pasando aquí! Voy a tener que ir al otorrino a ver si lo que me pasa es que tengo acúfenos articulados.

_No, hombre, no, que es verdad que soy yo, o sea, tú hace mucho tiempo. Por cierto, te veo muy mayor. ¿Cuántos años tienes ya?

_Pues mira, si eres yo, como dices, deberías saberlo, pero lo voy a decir en voz alta para que no se me olvide: los próximos que cumpla serán 70.

Una chica que pasaba a su lado en aquel momento lo miró de reojo como diciendo para sí: “¿Y a mí que me importa?”.

_¡Hala, casi como el padre Fernando! _se disparó la voz desconocida_. Bueno, por lo menos sé que voy a durar todo eso.

_Pero se te va a olvidar. ¿Y se puede saber con qué objeto vienes hoy a darme la murga?

_Te la doy casi todos los días, porque, como te acuerdas de aquello muchas veces, por ahí ando yo metido. Lo que pasa es que hoy me ha dado por hablar, porque quiero preguntarte algunas cosas de lo que me espera, para estar preparado.

_Supongo que sabes que no puedo decirte nada de eso, pues nadie puede conocer su futuro. ¡Estaría bueno! Si fuera así, todos intentaríamos cambiar lo que no nos gusta, qunque de ese modo la vida perdería gran parte de su gracia.

_Algo he adivinado ya, y es que al final no te hiciste dominico. Pero algunas cosas sí que me podrás decir de los compañeros, de los profesores, del colegio… 

_Bueno, luego te contaré algo, que ahora quiero disfrutar tranquilo del paseo y del resto de la mañana sin un Pepito Grillo en la oreja.

_Pero ante dime por qué va la gente enmascarada si no es época de carnaval.

_¡Ojalá lo fuera! No es por eso, sino porque nos ha venido un virus muy malo que está causando muchos problemas de salud, pero no puedo decirte más.

_¿Y por qué hay tantos perros señoritos y tanta gente en bicicleta y tantos patinetes?

_Son modas de este tiempo.

_¿Y por qué la gente va hablando sola con una cosa en la mano que parece un telefonino, y con esas otras cosas en las orejas?

_Son avances técnicos que verás dentro de muchos años, pero ¡ya está bien, cállate de una vez y deja de preguntarme cosas!  

La voz cesó por fin. El hombre respiró hondo y continuó su pausado garbeo hasta completar la hora exacta que se había impuesto. Después, se dirigió a la tasca donde solía quedar, ya avanzada la mañana, con sus colegas de siempre, a fin de darse el pequeño homenaje de cada día compuesto de caña y pincho y entretenerse un rato con la charla habitual que, como casi todas, solía estar integrada por los recuerdos que les eran comunes, las menudencias del entorno, los achaques de cada uno, las críticas a los políticos y, sobre todo en estos días azarosos, por la noticias sobre la progresión amenazadora de la pandemia. Solo que ahora tenían que sentarse en dos mesas separadas y permanecer en la terraza a pesar de que ya iba haciendo fresco.

Regresó a casa y, ya avanzada la tarde, después de la comida, el ratito de siesta, la sesión de lectura y otras pequeñas tareas convertidas ya en hábitos, el hombre mayor se sentó ante el ordenador a escribir algo que, casualmente, iba destinado al blog de antiguos alumnos: aquel día todo giraba en torno a lo mismo. Y hete aquí que de nuevo vino a interrumpirlo el susurro parvulario de la mañana.

_Oye, que ya estoy aquí otra vez. Como esta mañana me has despachado de mala manera… 

_¡Vaya por Dios! ¿Se puede saber qué quieres ahora?

_¿Pues qué va a ser? Seguir preguntándote cosas, a ver si de una vez me contestas a algo.

_Pues hala, empieza a disparar.

_¿Qué estás haciendo?

_Mira, iba a ponerme a escribir, y tengo intención de hacerlo cuando me dejes en paz.

_¿Y escribes con ese aparato tan raro, que es como una de máquina de escribir y una televisión juntas?

_Sí, se llama ordenador. Ya llegará un día en que termines harto de él.

_¿Y qué estás escribiendo? 

_Eres un verdadero mezucón. Yo no recuerdo haberlo sido tanto.

_Bueno, ¿me lo dices o no?

–Vale, estoy escribiendo precisamente lo que me está pasando hoy contigo, para enviarlo al blog y que se enteren los antiguos compañeros y profesores que lo leen de lo cotilla que eres, aunque lógicamente creerán que es un cuento que me estoy inventando.

_¡Otra vez el blog! Ya una vez me hablaste de él, pero no me dijiste lo que era.

_Es que no lo vas a entender sin conocer muchos de los inventos que se han hecho. Es como un sitio en el que aparecen escritos de muchas personas que se intercambian opiniones, comentarios, relatos, poesías, fotos, etc., y cada uno puede leer lo que dicen los demás e intervenir desde su casa a través en pantallas como esta o de otras más pequeñas, como las de los telefoninos que decías. El nuestro lo organiza José María Cortés Aranaz, un chico que creo que está en un curso por encima del tuyo. ¿Te suena?

_Sí, claro que me suena, toca la mandolina o el laúd, no estoy seguro, en la rondalla, pero vamos a dejar lo del blog, porque es verdad que no entiendo nada, y cuéntame algo de mis compañeros. ¿Has vuelto a verlos? ¿Cómo son ahora? Seguro que tan mayores como tú, y algunos a lo mejor hasta gordos y calvos.

_He visto a algunos, a bastantes, y sí, lógicamente se han hecho mayores y hay de todo, el tiempo nos va cambiando.

_¿Se ha muerto alguno?

_Desgraciadamente sí, pero no me preguntes quiénes porque no te lo voy a decir. Hay muchos de los que no he vuelto a tener noticias.

_Y aparte de escribiros, ¿os habéis vuelto a ver?

_Yo estuve mucho tiempo sin saber nada de nadie, pero hace varios años se celebró un encuentro para celebrar los cincuenta años de la fundación del colegio y al que asistieron casi quinientos, y desde entonces estamos en contacto. Después, hemos hecho varias reuniones en sitios como Caleruega, Salamanca, Oviedo, las Caldas…

_Jobar, qué bien. ¿Puedo contarlo por aquí?

_Ni se te ocurra. Además, no te iban a creer y se iban a reír de ti, como cuando haces poesías.

_Ya, eso lo sabes por experiencia. ¿Y a quiénes has visto, a los del curso?

_A varios de ellos, aunque no son los que más aparecen, y a otros muchos de cursos diferentes. Fíjate qué cosas, muchos de los que tú conoces de vista y que te parecen muy mayores, ahora vienen a ser como yo, pues cuando se ha cumplido un montón de años, una diferencia de tres o cuatro apenas se nota.

_¿Y los frailes?

_Algunos siguen vivos y muy marchosos. Por ahí anda el padre Pedro, con más de noventa años, pero igual que siempre. Y el padre Box, que tiene el pelo blanco, pero  tampoco ha cambiado mucho, aunque creo que ya no es fraile. Y el padre Huarte, que creo que está en Pamplona, y algunos más que ahora no recuerdo. Otros se han ido ya, unos hace años y otros recientemente, como el padre Ángel y el padre Cura. Y también murió no hace mucho fray Francisco, el enfermero, ese que os cuida y os llama ovejos.

_Me da pena de todos ellos, pero todavía falta mucho para eso. Bueno, no es que me hayas contado mucho, pero algo es algo. Y no te preocupes, que no voy a decir nada, pues dirían que estoy loco y muchas cosas más. Así que, tranquilo, que ya te dejo, aunque a lo mejor vuelvo otro día. Pero dime solo una cosa para terminar: ¿Y el Real Madrid qué? ¿Ha seguido ganando copas de Europa, no?

_Pues mira, tardó bastante en volver a ganar una, pero otra vez ha cogido carrerilla y lleva unas cuantas seguidas.

_Oye, ¿no te habrás cambiado de equipo?

_Ya sabes que se puede cambiar casi todo, pero de eso resulta casi imposible, así que ahí seguimos.

_Bueno, me quedo contento. Hasta otro día.

_Adiós, y no tengas prisa en volver.

El hombre mayor se aplicó al teclado y comenzó a escribir todas estas cosas, estos recuerdos que le llegan hoy y todos los días a través de una lejana voz infantil que, como todo él, se ha ido transformando y deteriorando. Y así seguirá, representando en el tinglado de esta farsa o cuasicomedia que es la vida. Hasta que el autor la dé por terminada.

Y sí, creo que todo ha merecido la pena.

 

Eugenio Cascón Martín

 

EL CANDOR Y LA CULPA (último libro de Santos Vibot)

EL CANDOR Y LA CULPA (último libro de Santos Vibot)

Después de unos días hojeando  el último libro del por siempre muy querido Santines Vibot EL CANDOR Y LA CULPA.

Impresionado, debo inclinarme ante su calidad, por el contenido y también por el continente.

 

Es un lujo para los sentidos, su lectura, los sentimientos que encierra, sus ilustraciones, su diseño, la edición, la tipografía, hermoso preámbulo de Martínez de Merlo y broche prendido besando el manto del cielo por Pedro Trapiello.

Santines escribe en la primera página de su libro:

Para un chico de trece años, enamorarse de un compañero de pupitre en la escolanía de un estricto internado bajo la dictadura nacional-católica no fue la mejor forma de despertar al amor...

 



 

Me atrevo a pensar que Santos tendrá todavía algún ejemplar del libro para quienes aún no se lo hayais pedido.

Santos creó un formulario para hacerle el encargo.
Pincha directamente en el siguiente enlace:

https://forms.gle/4ppafKMcoVGYtCZw6

LOS TRABAJOS DE MODESTA CAMARGA (Por Isidro Cicero)

LOS TRABAJOS DE MODESTA CAMARGA (Por Isidro Cicero)

Hoy os dejo un relato que nos envía el muy querido Isidro Cicero.

Piensa Isidro que quizá sea de interés para algunos amigos asturianos, leoneses, cántabros y gallegos, que tienen referencia de la xíriga. 
Lo ha publicado en el libro colectivo "Arca con Arte"  editado por la Sociedad Cántabra de Escritores. El tema común para todos era el de los antiguos oficios.
Isidro me apunta "Yo elegí el de los tejeros y trabajé mucho el lenguaje propio de aquella gente, de la que ya no queda nadie".

 

 

Asícuntó…” – dijo de repente Modesta Camarga, dejando la palabra suspendida en el aire y quedando ella suspendida entre paréntesis. Regresaba al fuego de la lumbre desde una ensoñación. Sostenía en la mano derecha las tenazas de hierro negro, con sus puntas blancas manchadas de ceniza. También el tiempo se quedó suspendido y silencioso. 

Cuando en la familia de los Camargos pronuncian la palabra “asícuntó”, quien los escucha sabe que está a punto de empezar un relato de presentes mezclados con pasados desaparecidos y tristuras diluidas en las devastaciones que causa el tiempo. solo con el frío discurrir de sus pasos inexorables. 

Los que han estudiado el hablar revesáu de los Camargos no se ponen de acuerdo sobre el sentido del asicuntó. Para la mayoría se trata solo de una palabra formada de tres: “así” + “con” + “todo” y tendría una función ilativa o copulativa equivalente a la conjunción “y”. Alguien ha querido ver en esta palabra concomitancias con el however y el and so on del habla inglesa e incluso con el quelle que soit la manière de…, que usan los franceses.    

Sin embargo, más allá de una simple ilación, asicuntó transmite también un cierto temblor que se escapa al análisis y es muy difícil de describir. El asicuntó familiar de los Camargos preferentemente sirve para anunciar la apertura de un tiempo para la nostalgia y la rememoración “morriñosa”. El asicuntó avisa y prologa; llama a la atención y predispone anímicamente a la remembranza; preludia la revelación de dolores ocultos.  “Asícuntó” se emite fonéticamente en un tono grave, íntimo y más próximo que el resto de la conversación. La o final se elonga tres veces más que las otras tres vocales y, finalmente, se emite oscilando despaciosamente la cabeza arriba y abajo. Nadie osará interrumpir el silencio narrativo, excepto el propio narrador. Cuando lo hace, usa otra expresión lexicalizada que suele elegir entre estas dos: “Me acuerdo yo como si fuera hoy”, o “tengo siempre presente el día que...”

Los camargos no somos de aquí -arrancó su relato Modesta Camarga después del “asícuntó” y del “tengo siempre presente el día que…”. Yo aquí llegué andando desde el lado de allá de la Peña. Me trajo el difunto mi padre siendo yo una niña, entre los ocho y los nueve años, más ocho que nueve. Veníamos de un sitio donde la guerra mató a muchos hombres y algunas mujeres, muchos más hombres que mujeres. Una de las matadas fue la madre mía. Así que me quedé sin madre, tan chiquitina, y sin más amparo que mi padre que no sabía por dónde coger ni para dónde tirar. Mozos del tiempo de mi padre no se salvó ninguno, creo, nada más que él. Algunos quedaron vivos, pero estaban en la chandona y eso es igual que si estuvieran muertos. Muchas veces se quedaba mi padre pensando, pensando y pensando y al final soltaba un suspiro: Pues no sé por qué. No sé por qué. 

No sé quién le daría razón de mi padre, pero de la noche a la mañana se presentó allá un manco que dijo que era el alcalde de este pueblo, sí, de este pueblo al que nos vinimos a vivir entonces.  El manco iba con otros dos señores. Le dijeron a mi padre “pues te estábamos buscando”. El mi padre, el probín, andaba aquellos días cagado: bringasáu andaba, decía él. “Venimos a por ti”, le soltó el Manco y mi padre allí clavado en el suelo, mirándome y temblando sin saber por qué. “Tienes que acompañarnos”, dijo el alcalde. 

El caso es que el Manco enseguida le dijo que no tuviera miedo. Que le andaban buscando a él, porque aquí, en este pueblo, la guerra había quemado cinco casas enteras y varios pajares y necesitaban volver a poner en marcha una tejera que no trabajaba desde antes de la guerra. Una tejera muy buena, situada en un buen sitio, con agua bastante, carros y carros de arcilla de la mejor calidad; leña, escobas, carrascos y brezos para parar un tren. El Manco hablaba despacio como queriendo dar confianza. Los otros dos que le acompañaban no abrieron la boca.  Y si mi padre, el probín, se portaba bien y no daba qué hablar -dijo el Manco- aquí podría quedarse para siempre él y la su nena. No les faltaría trabajo ni comida. 

El mi padre recelaba. Les tenía más miedo que a los lobos desde que pasó lo de mi madre. Pero, la verdad, por otro lado vio los cielos abiertos. Cuando se fue el Manco con los otros dos, mi padre bajó al chigre con mi tío Genaro, bastante mayor que él. Acordaron llamar a Blas el del Cotero y, ya más tarde, a la madre de Pachín. Pachín entonces era un rapacín un poco más grande que yo, pero pa pinche valía.  A la madre no le venía mal quitar una boca de casa. Se ajustaron, se dieron la mano y todo arreglado. Todos agradecidos y contentos. Y a los pocos días, aquí nos vinimos los cinco, con los arreos a cuestas, cargando también con los moldes viejos de madera que ya habían andado rodando por media España y estaban desgastados. 

 Mira, ¿ves aquel tejáu? Allí hay puesta una tamarga especial, eso sí es verdad. Está ahí desde la primavera del cuarenta y tiene una cosa grabada por abajo. Yo bien sé qué teja es, pero solo lo sé yo. Cuando se caiga ese tejáu -te aseguro que el fallo no va a venir de las tamargas que esas están hechas a conciencia- cuando se caiga por culpa de la madera, o cuando lo tiren para hacer uno nuevo con tejas de fábrica, puede que alguno encuentre la tamarga del cuarenta que vos digo, le dé vuelta y vea lo que tiene escrito por abajo: “Modesta xida maniatina de miaire”. ¿Y quién lo va a entender entonces? Nadie, porque ya hoy en día, que sepamos el habla revesáu nuestro, no creo que seamos muchos. En esta provincia solo la familia de los Camargos sabemos la xíriga. Y no todos, porque algunos se marcharon por ese mundo adelante, a Francia y Australia  y no han querido volver a saber nada de nosotros, ni de dónde vinimos, ni para qué venimos, ni a dónde vamos. A dónde vamos sí, eso lo sabe cualquiera sin preguntar: vamos al zosquín de la guxara. Como todos. Al huertu de la iglesia. Yo sí, yo sí sé lo que pone la teja de Pachu porque la grabó a escondidas, para que mi padre no se enterara y yo de aquel día me acuerdo de todo. Como si fuera hoy, me acuerdo yo.  

Lo de los Camargos es por el Manco. Cuando fue el Manco a Posada pa la candelaria, a buscar al mió pai anduvo preguntando: “¿Queda vivo alguno que sepa hacer ladrillos y que no esté mancu como yo?”  Le encaminaron a donde Frasio el tamargo, mi padre. Al Manco le dijeron “el Tamargo”, pero él entendió “el Camargo”, o igual se dejó llevar por el nombre de un pueblo que hay a este lado. El caso es que con “camargos” nos quedamos. De Frasio Álvarez el Tamargo, mi padre acabó en Frasio Camargo;  yo Modesta Camarga, y los míos fíos, aunque tenían que llevar Fernández por el su padre, son camargos también. Así ha pasado con los nietos y los biznietos. Me dice una nietina mía que teníamos que habernos dado más a valer: Somos Álvarez, dice ella, o si no Fernández o si no  tamargos, pero no camargos que eso nos lo puso el enemigo. Bah, lo que somos es teyeros qué más da, digo yo. El difunto mi padre el probe no tuvo entonces los urrancios suficientes como para verbeale esto al Manco y yo tampoco. En fin. A mí, la verdad, cosas son que igual me dan.   

Eso sí, en la llamacea -bueno, llamacea es teyera, que esa palabra lo mismo no la sabíais-yo sacaba el trabajo palante lo mismo que cualquier paisano. A veces mejor que un paisano, y hasta mejor que dos. En la llamacea se machuriaba de sol a sol y yo era la primera que me levantaba y la última que me iba al catre. Me levantaba a las cinco, me daban las nueve de la noche y allí seguía, mira qué manos, mira que ñudos. Lo llaman artrosis y dicen que es por aquellos fríos y por el barro. Y no me entretenía en hacer la comida, ¡ni las camas!, ni en barrer. El pinche se encargaba de eso a veces, otras yo y otras cualquiera de la cuadrilla. Yo lo mismo preparaba mila tamargas que lau mila morondos. ¿Qué diferencia podía haber entre un man y yo? En resultados, ninguna. ¿Ves esos tabiques rojos de la casa’enfrente? Todos esos morondos los hice yo uno por uno. Yo cavé -sola no ¿eh?, que éramos cinco- la arcilla como el primero; yo la separé del gurriu en la gurriera cuando hacía falta separarla y la mezclé con el gurriu si hacía falta mezclarla. Yo la amasaba, yo llenaba cestos y los ponía en la mesa, bien cogolmaos, yo rellenaba los moldes uno detrás de otro. Yo les pasaba el ñansu, en esto era la maestra de la teyera, hasta que quedaran bien ñansados y bien finos.  Vete a verlos, anda, vete a verlos, que ahí están.

Eso sí, en una cosa me ganaban los hombres de la cuadrilla, pero solo en esa. No sé por qué arte del charrán, los plostinos me ponían mala. Sufrí con ellos como no vi sufrir a nadie más. “Te pasa lo mismo que a tu madre”, decía él. Nada más empezaba a calentar la tierra, después de abril y luego ya todo mayo y de ahí palante, el gurriu es como si se reventara por dentro y empezaba a soltar plostinos y plostinos y todos iban a por mí. Estaban junto a mí los otros de la cuadrilla y los cabrones mosquitos ni miraban para ellos. Conmigo era una cosa, que se ponían ciegos, y de noche en la chabola, lo mismo.  Dicen que es por la sangre, la puta madre que los parió. No hay cosa que más me ofenda a mí que los plostinos, ni cuando… (asícuntó…) ni cuando cayó aquella nevadna tardía, la grande, y me bajó el mió pai para que aprovechara un poco los dias en la escuela y cuando subí llegué con la cabeza llena de alicáncanos y liendres. 

Genaro, Blas el del Cotero y Pachín, por san Juan se tenían que volver a casa a estar con la familia y a hacer las labores de allí, pero nosotros dos, como nos habíamos quedado sin madre, sin casa, sin fincas y sin nada, no nos movíamos de aquí. ¿Pa qué? Al final acabé casándome con Mauro Fernández y pasé la vida muy a gusto con él. 

Ha subido gente a oírme verbear y preguntarme cosas. ¿Puede una muyer ser tejera? Coño, ¿no me ves a mí? ¿Respeto? A mí siempre me tuvieron respeto. Si ellos eran horneros, yo era hornera, tendedora, maserista, pilera y madre, tócate los urrancios. Y nunca se me cayeron los anillos a mí. 

A la escuela fui muy poco. Todo lo que sé me lo enseñó el difunto mi padre. Cuando vino el mi marido de los pinos de Vizcaya dice: “Ahí va la hostia. Pero si hasta sabes vasco”. Y yo: “Qué va”. Y él: “Cómo que no. A ver, cuenta”. Me pongo yo: “Bat bi iru lau bos sei saspi sorsi bederasi y amar…” Y Mauro: “¿Lo ves? Eso es vasco”. “¿Ah, sí? Pues pensaba que solo era la nuestra xíriga. La probe xíriga del mió pai” 

Dejó colgada la tenaza con las puntas plateadas de ceniza y cerró los ojos. Tiempo después volvió a abrirlos y nos miró despacio, como si acabara de regresar de otra esfera. “Asícuntó…”,  dijo de nuevo.

Isidro Cicero

SANTOS VIBOT FELICITA A MI HIJO ALBERTO

SANTOS VIBOT FELICITA A MI HIJO ALBERTO

Mi querido Santines Vibot escribía en el blog el siguiente comentario felicitando a mi hijo Alberto el dia de su cumpleaños, el pasado 27 de Septiembre:

Querido Alberto, este organista del que creo que te acuerdas bien, te quiere y te desea todo lo mejor para este nuevo año que empiezas a disfrutar. Ahora estoy unos días en Palencia y aquí no tengo instrumento, pero cuando vuelva a mi casa en Madrid, voy a grabarte una canción muy alegre y bonita solo para ti, por tu cumple.
¡¡¡Muchos besos un abrazo muy largo!!!

Pues bien, ha cumplido su promesa, y este es su regalo que Alberto recibe de Santos y que también comparte con todos nosotros.

Gracias, genio.

Pinchad en este enlace.

https://drive.google.com/file/d/1IyHcjQCHTxUTzcG9oMEOfmvrine9_yOI/view?usp=sharing

VÍDEO REENCUENTRO OCTUBRE 2007

Queridos compañeros: me ha parecido oportuno (alguno de vosotros me lo habéis pedido) el reconvertir el vídeo (DVD 1) que editamos en su día recogiendo los actos del Reencuentro que celebramos en Octubre del 2007 con motivo del 50 aniversario de nuestro colegio.

He digitalizado el DVD y descargado en youtube con carácter PÚBLICO para que pueda ser visualizado por cualquiera de nosotros.

Estoy seguro de que, al volverlo a ver,  alguna lagrimina se deslizará hasta el teclado del Ordenador.

También os dejo un acceso al vÍdeo en la portada del blog, 50 ANIVERSARIO DEL COLEGIO,con el título de VÍDEO REENCUENTRO OCTUBRE 2007.

Os recuerdo el contenido del Vídeo:

  • Convocatoria con la prensa
  • Homenaje al Padre Ángel Torrellas
  • Santa Misa concelebrada
  • Sesión fotográfica
  • Actos oficiales
  • Tertulia
  • Cantos a la Virgen del Camino
  • In Memoriam
  • Saludos de Fr. Francisco


HACE TRECE AÑOS, TRECE YA

HACE TRECE AÑOS, TRECE YA



Y sigo pensando que mereció la pena.

Y hoy quiero recordar a aquellos compañeros, a sus santas, a los frailes que ya han cruzado al otro lado del rio.

QUE CORRA EL AIRE (Por Pedro Trapiello)

QUE CORRA EL AIRE (Por Pedro Trapiello)

No queda otra, vino a decir nuestra autoridad educativa: Habrá que tirar de abrigo y bufanda, las aulas cerradas son el cocido del virus. Y lo dice en León, donde el norte pierde el norte y el otoño es coronel inclemente cuadrándose ante un invierno capitán general. Esta es la orden: aulas abiertas de puertas y ventanas a ratos largos porque la mejor escoba para que virus y miasmas no afinquen en cerrado es el aire que corre y se los lleva, ventilación soplada. La autoridad científica lo deja bien claro.

Pero no es buena noticia para papás sobreprotectores; incluso los habrá capaces de denunciar al centro por someter a los críos a fríos que ponen en riesgo su salud; y no faltará el politiquero de cupo alegando que el frío en clase es inconstitucional; corren tiempos de pleitear por cualquier enfado. ¿No sería más fácil apelar a la jurisprudencia de las abuelas que nos aterraban con el peligro de las corrientes, sobre todo las que vienen por la espalda estando uno quieto o sesteando, que de ahí vienen después los males de costado?...

Sin embargo, conocí aquí a un pediatra y un fraile que demostraron que un cierto frío es sin duda más salutífero que dañino; y ventilar, una obligación. Con solo echar la mirada seis décadas atrás, el frío reinaba en las escuelas cuyas aulas solían tener el techo en las nubes sin modo de caldear la estancia -como en las de El Cid con solo una estufa que, además, atufaba-; o aquel colegio de los dominicos en La Virgen, donde tras levantarnos a las siete de la mañana para correr dos kilómetros campo a través en pantalón de deporte (el chándal era país desconocido) se abrían los ventanales para que barriera los dormitorios un aire gallego helado tras cruzar los neveros del Teleno.

En seis años no conocí un solo caso de neumonía entre los quinientos de la tropa; solo algunos catarrillos o sabañones eran el peaje, contando además que hasta los 14 íbamos todos en pantalón corto y el frío, que siempre repta a ras de suelo, nos roía los zancajos. Fuera miedos, pues, que hoy los críos van forraditos de prenda polar y sobrados de calorías.

 

Pedro Trapiello (DIARIO DE LEÓN 7-10-2020)

CON LOS PRIMEROS ANDAMIOS

CON LOS PRIMEROS ANDAMIOS

Fijaos en esta fotografia del viejo Santuario: ya aparece el andamiaje para desmontar la puerta del lateral del edificio.

SAN FROILÁN CON MASCARILLA

SAN FROILÁN CON MASCARILLA

Sin poder tirarle de la nariz al santo, pero sin evitar el saludo. Los leoneses han pasado al lado de la imagen de San Froilán inmortalizando este año su rostro en sus móviles para tener un recuerdo de este día. 

Algunos incluso se han atrevido a saludarle con un ’gracioso’ toque de codos y los hay que han aprovechado para colocarle la mascarilla y fomentar así el uso de la misma entre la población.

Se recomienda no tocar las narices al santo

Se recomienda no tocar las narices al santo

 Esta es la mejor manera de describir la suspensión de todas las celebraciones populares del 5 de octubre, San Froilán, en La Virgen del Camino; una de las romerías más multitudinarias de la provincia. Tampoco habrá pendones y carros engalanados. 

¡Maldita sea!

NI VIRTUAL NI LECHES

NI VIRTUAL NI LECHES

EL TREN DEL SELLA (por Amador Robles Tascón)

EL TREN DEL SELLA (por Amador Robles Tascón)

Hace ya unos días recibí un email de Luisito Heredia (un correo de esos que se quedan por ahí perdidos sin saber la razón y que hoy aparece) en el que me acompañaba un artículo sobre los 75 años de historia del tren de les piragües  escrito por el compañero Amador Robles.

Esto me escribía Luis en su correo:

 

Hola, Josemari

Me voy a permitir el lujo de comentar algo que no tiene que ver con hábitos blancos ni familia y además, sin habérmelo pedido tú. O sea, un comentario con mucha enjundia porque el tema se lo merece. Más de una vez colgaste fotos de la Romería de San Froilán y de todas las que alrededor de la Virgen del Camino pululan. Todas ellas encierran un fuerte componente religioso, como cualquier Romería porque llevan todas aparejada la advocación a un Santo o Santa. Mucho palio, mucho cura, mucha devota y devoto a la advocación que corresponda aunque en el fondo lo que se esconde es el cachondeo. Incluso podemos pensar que los encierros y la fiesta por antonomasia pamplonica es el summum de la diversión, del desmadre más bien. Pero también tienen su Santo, Fermín, a quien  se encomiendan en protección por si les pasa algo, una cornada, un roce…..y religiosamente se despiden de él al final de las fiestas, no sé si por darle gracias por lo bien que lo pasaron o por pedir que lo vuelvan a pasar igual de bien al año siguiente. En fin, que no deja de tener un componente religioso como cualquier otra fiesta o Romería que se precie.

 

Pero para cachondeo y fiesta pagana donde las haya tenemos en Asturias “El Descenso del Sella”, conocido como la “Fiesta de les Piragües”.

 

Sin previa autorización del autor te envío este interesantísimo artículo de Amador Robles Tascón sobre la historia del tren fluvial que se puede decir que, junto con la tortilla de patata, los filetes empanaos, la sidra  y los praos, se podría considerar que es el elemento de la fiesta tan esencial como la propia piragua.

 

Amador Robles Tascón, de los Tascón se toda la visa,  pertenece a la gloriosa del 69 y es ferroviario, como algunos otros de los que por aquí pululan. Unos los son por profesión y vocación y otros por ser herederos de fortuna al haber pertenecido sus padres o familiares cercanos al  sindicatos de la vía pero que de trenes saben lo que es uno de juguete solamente  y de “pitar” y rebaja de los billetes  es de lo que presumen. 

 

Lo del 69 es pura casualidad  pero en el sentido de que Amador es casualmente de los pocos, si no el único, que pulula por aquí con frecuencia de su promoción. Lo que no es casual es su dedicación por llevarlo en la genética familiar. Aunque también llevaba en la genética familiar el hábito blanco por aquel 69 pero decidió cambiar de vía y la aguja le marcó otro destino. Le pasó lo mismo a su primo Josemari Sierra Tascón, y con Amador Robles Tascón ya el tío de ambos, nuestro queridísimo Padre Tascón, decidió tirar la toalla y no insistir más en hacer proselitismo familiar en la búsqueda de vocaciones. Más o menos lo mismo que los Soria, Heredia, Iturgaiz, Cirauqui…O sea, unos desarraigados cualquiera que con los enchufes que teníamos podíamos para haber llegado muy alto en la curia.

 

La fiesta de Les Piragües no se concibe sin el tren fluvial. Puedes llevar una hamburguesa en vez del filete, una gaseosa para suplir a la sidra los que sean abstemios, una empanada de bonito para hacer lo propio en vez de la tortilla de patata y comer sobre una acera o en la carretera si no tienes prao a pie de culo. Pero el tren fluvial no se puede suplir por nada como  tampoco la piragua. Es más, me consta que muchos aficionados llegan a Arriondas en su flamante y recién estrenado coche para fardar, lo dejan tirado donde pueden y se lanzan como posesos a cualquiera de los vagones del tren reptando por encima de otros viajeros y acomodándose como pueden en el medio entre pecho y espalda de cualquiera pasajero, sin diferencia de género o sexo. Para algunos, sin duda es el mejor momento del día de Les Piragües por las sensaciones tan estrechas e intensas que se sienten.

 

No me extiendo más porque ya sabéis que yo me lanzo y no paro hasta llegar a la Estación Termini. Así que os dejo con el maravilloso artículo de Amador para que disfrutéis de su lectura y del recorrido e historia del Tren Fluvial. Tratándose de Les Piragües, Carlinos Tejo os acompañará en el recorrido.

 

PD. Como no me atrevía a su publicación si el permiso del autor, confieso que me lo ha dado, finalmente. sin corrección alguna.

Luis Heredia

 


 

 

Aquí os dejo el enlace al artículo de Amador.

https://drive.google.com/file/d/1wIq5uXFsa_-8Gj5vYTIVhqFz0rArEqkW/view?usp=sharing